¿Qué es el asma?
Se trata de un trastorno respiratorio que afecta a la salud. Se caracteriza principalmente porque el aire no llega correctamente a los pulmones, debido a la obstrucción de las vías aéreas que van hacia éstos, es decir, los bronquios. Su principal causa es la reacción alérgica ante la presencia de sustancias extrañas para el organismo, lo que causa de inmediato que las paredes bronquiales se inflamen y se estrechen. Los síntomas de esta enfermedad son muy variados, entre ellas encontramos la tos seca repetitiva, continuos estornudos, pitidos en el pecho y sibilancias, evolucionando hacia una dificultad respiratoria con sensación de opresión en el pecho y síntomas de ahogo.
¿Sabías que?
El asma es uno de los trastornos crónicos más comunes en todo el mundo, afectando cada vez con una mayor frecuencia entre la población infantil. Ya se ha convertido en la enfermedad más habitual entre los niños menores de 14 años.
¿Cómo se manifiesta el asma infantil?
Como norma general, en los más pequeños este trastorno suele aparece en forma de catarros que se repiten constantemente durante todo el invierno, acompañado de dificultades respiratorias. El asma infantil suele ser del tipo alérgico, dado que la gran mayoría de los niños asmáticos padecen de alergia, por ejemplo, al polen, los animales, los ácaros del polvo, etc. En el caso de las personas adultas con asma, el porcentaje de alérgicos supone un 40%.
Factores que favorecen el asma infantil
Hasta ahora hemos conocido más de cerca esta enfermedad que afecta a miles de personas, sin embargo, ¿qué
situaciones o factores son capaces de desembocar en el asma? A continuación citamos las más comunes:
- Las infecciones víricas en la infancia.
- Una madre fumadora durante el periodo de embarazo y lactancia.
- Los cambios constante en la alimentación y el estilo de vida.
- Exposición del bebé en sus primeros meses de vida a los alergenos habituales, (pelo de animal, polen u ácaros del polvo, entre otros).
- El aumento de las vacunaciones.
- Un uso frecuente y prolongado de antibióticos para tratar las primeras infecciones del pequeño.
- La propia contaminación atmosférica.
Conviene evitar estas situaciones siempre que sea posible, con objeto de proteger la salud de los más pequeños.
El tratamiento
El primero y más importante, será evitar que el niño afectado por el asma entre en contacto con las sustancias que le desencadenan las crisis asmáticas. Su tratamiento dependerá tanto de la edad como de la gravedad de la enfermedad, medida en función de la frecuencia y la intensidad de las crisis. Sin duda el tratamiento más eficaz por su sencillez a la hora de utilizarlo, es el inhalador, siempre que sea posible conviene administrar el medicamento de esta manera, debido a que llega directamente a los pulmones y precisa de pequeñas dosis.
Además, también se deben mantener las vías respiratorias libres con una terapia continua en la que suele usar, entre otros, glucocorticoides inhalados o broncodilatadores de acción prolongada. En cualquier caso, la mejor opción será consultar a tu médico.
El asma, una enfermedad en aumento
Estudios han demostrado que en los últimos veinte años se han duplicado los casos de asma infantil, un hecho en el que el medio ambiente juega un papel muy importante. Además del factor medioambiental, también encontramos la genética hereditaria y que influye en gran parte en la aparición de determinados tipos de asma.
En la infancia, afecta a dos niños por cada niña. Pese a ello, a medida que se van adentrando en la pubertad y la adolescencia, la frecuencia entre ambos géneros se va igualando. Llegados a este punto, la enfermedad suele mejor, no obstante, más de la mitad de ellos volverá a tener síntomas pasados 20 años aproximadamente, algo verdaderamente sorprendente.