La reflexología podal considera que nuestros pies tienen establecidas una serie de áreas en las que se definen los diferentes órganos y partes del cuerpo. Cuando se sufre algún desequilibrio, mediante esta manipulación se estimulan impulsos nerviosos que potencial los mecanismos de autocuración del organismo.

reflexología podal

¿Cuál es el origen de la reflexología podal?

Se tiene constancia de que la reflexología podal era conocida en China hace más de 5000 años. Del mismo modo, a través de testimonios escritos y dibujados, se tiene constancia de que se utilizaba en la antigua Grecia y el antiguo Egipto. La reflexología podal que se practica a día de hoy, procede de los ensayos realizados en Estados Unidos durante las primeras décadas del siglo XX y llevadas a cabo por el doctor William Fitzgerald y, posteriormente, por Eunice Ingham, el cual determinó cual era la ubicación de los puntos reflejos y desarrolló la técnica.

La teoría zonal del doctor Fitzgerald considera que el cuerpo humano está dividido en diez zonas iguales, distribuidas longitudinalmente desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Según esta teoría, al estimular una zona del pie se actúa sobre el resto de los órganos y partes del cuerpo que se encuentra situada en esa misma zona.

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Fundamentos y aplicaciones de la reflexología

Cuando se genera un desorden o una enfermedad en el organismo, en los puntos reflejos correspondientes del pie se produce una acumulación de materia que el profesional detecta y que le sirve de guía para el diagnóstico del problema. A través de la manipulación de dicho punto, se logra liberar la energía bloqueada, permitiendo al organismo recuperar el bienestar. Esta técnica se tiende a aplicar –sobre todo- para aquellos pacientes con problemas en los órganos internos y para tratar problemas de estrés.