En este pequeño artículo queremos centrarnos en explicar las diferencias básicas que existen entre la fecundación in vitro y la inseminación artificial. Por suerte o por desgracia, tanto la esterilidad como la ausencia de la pareja masculina, son dos obstáculos que podemos superar. Y aunque parezca increíble, hay más casos reales de los que pensamos. Por poner sólo un ejemplo rápido, sabemos que más de 5 millones de niños y niñas de todo el mundo han nacido empleando alguno de estos dos métodos. Unas cifras que sorprenden pero que están ahí después de todo.
Algunos factores que puedan provocar la esterilidad
A día de hoy, se calcula que cerca del 15% de la población sufre de esterilidad. Dependiendo del género, puede estar provocado por un factor u otro. Por ejemplo, en el caso de las mujeres podemos toparnos con:
- Factores ováricos: Aquellas afectadas por este problema, no serán capaces de producir la ovulación, normalmente por menopausia precoz, síndrome de ovario poliquístico o anovulación.
- Factor edad: Normalmente, a partir de los 35 años de edad, el potencial reproductivo se ve disminuido notablemente. Del mismo modo, al superar los 40 años se reducen las probabilidades de embarazo al 10%.
- Factores genéticos: Causados por distintas anomalías cromosómicas capaces de generar abortos espontáneos.
- Factores tubáricos: Un ejemplo claro de ello sería la obstrucción de las trompas.
- Factores uterinos: Las alteraciones producidas por la propia anatomía interna del útero. Puede llegar a producir abortos en repetidas ocasiones.
Por otro lado, en el caso de los hombres también encontramos distintos factores que pueden provocar esta cualidad. Se tiene constancia de que éstos son los responsables del 30% de los casos. Algunos de los factores son:
- Factores genéticos: La inmensa mayoría está relacionada con la baja calidad del esperma o ciertas anomalías.
- Factores ambientales: Los malos hábitos así como el estilo de vida, pueden provocar una disminución tanto en la cantidad como la calidad del esperma. Es conveniente reducir o eliminar por completo la ingesta de drogas como el tabaco o el alcohol.
- Factores anatómicos: Como norma general, suele deberse a obstrucciones de los conductos por los que circula el esperma.
Diferenciando entre fecundación in vitro e inseminación artificial
Fecundación in vitro
Consiste básicamente en la extracción de los óvulos en la mujer para su posterior proceso de fertilización en el laboratorio de la clínica. La fecundación se produce “in vitro”, es decir, fuera del cuerpo de la paciente.
Se trata de una técnica algo más compleja que la inseminación artificial. Es necesaria una intervención quirúrgica y anestesia para poder obtener correctamente los óvulos y fecundarlos. La estimulación de los ovarios de la mujer durante este proceso conseguirá obtener un mayor porcentaje de éxito. Aún con ello, esta técnica tiene un elevado porcentaje de éxito, rondando el 60% de probabilidades de embarazo.
Inseminación artificial
En este caso, consiste en introducir una muestra de semen en el interior del útero de la paciente. Ésta habrá sido preparada previamente estimulando su ovulación. La fecundación se produce dentro del cuerpo de la mujer, exactamente en las trompas de Falopio.
Esta técnica o método es más sencilla que la fecundación in vitro, pues no precisa de la extracción de los propios óvulos y por tanto, tampoco es necesario pasar por quirófano ni anestesiarse. Para que os hagáis una idea, las molestias son similares a las de una citología.
Deberá hacerse una buena estimulación ovárica para incrementar las posibilidades de quedarse en estado. Pese a ello, recordamos que las posibilidades de éxito de las inseminaciones artificiales rondan el 15% por cada intento.