Cómo dar y preparar el biberón

Tanto dar el biberón como dar el pecho, requieren de cierta práctica. Sin embargo, una vez hayas establecido el horario y aprendido lo que hay que hacer y lo que no, podrás disfrutar de las horas de toma y desarrollar una relación –más estrecha- con tu bebé o pareja.

Pese a que muchas madres todavía prefieran dar el pecho, no hay duda de que el biberón es el método más frecuente de alimentar a los recién nacidos. ¿A qué se debe? Fácil, hay mujeres a las que le resulta difícil amamantar y otras sencillamente es que no tienen leche. Sin duda, una de las grandes ventajas del biberón es que permite que el padre también alimente a su hijo, consiguiendo que éste se sienta más ligado a él.

La esterilización

Este es uno de los procesos más importantes por los que debe pasar todo biberón antes de usarlo. De esta forma protegeremos a nuestro bebé de posibles infecciones. Puedes introducir todo el equipo que compone el biberón en un barreño de plástico y aplicar soluciones esterilizantes durante un tiempo. (Normalmente, este tiempo suele establecerlo el fabricante)

Se recomienda aclarar con agua o usar un cepillo para eliminar los restos que puedan haber quedado de otra toma anterior. Además, también puedes lavar los biberones (sin la tetina) en un lavavajillas o lavaplatos.

Recuerda que no se deben emplear hornos o microondas como medidas de esterilización. La mayoría de los esterilizadores que venden en farmacias tienen capacidad para 4-5 biberones, por lo que podremos usar los dos biberones diarios sin problemas. A medida que nuestro bebé crezca, serán necesario menos biberones y por lo tanto, podremos preparar de una sola vez todos los que necesite.

Preparando el biberón

Tras haber esterilizado todos los elementos del biberón, llega el momento de prepararlo. Debes tener en cuenta que las propias marcas de alimentos infantiles cuidan –exhaustivamente- la composición de sus leches, por lo que añadir poca o demasiada agua podría cancelar algunos de los principios vitamínicos. Ten esto muy presente y tratar de ceñirte a las instrucciones. Ni que decir tiene, nunca añadiremos azúcar a los biberones. Poco a poco te darás cuenta de la cantidad de leche que has de preparar para tu bebé. Para que te hagas una idea, normalmente los bebés suelen precisar de 150 ml / kilo del bebé cada 24 horas.

Si deseas calentar un biberón que ha pasado varias horas en la nevera, puedes meterlo durante unos minutos en un recipiente lleno de agua caliente. Seguidamente, comprueba que la leche esté templada vertiendo unas gotas sobre tu muñeca.

Cuando tu bebé sea capaz de levantarse y sostener el biberón sin nuestra ayuda, deberás cerciorarte de que se encuentre en un lugar acondicionado y limpio. De esta forma evitarás que, en caso de caérsele el biberón, pueda volver a introducirlo a la boca sin haberlo limpiado.

 Consejos que debes tener en cuenta

A continuación te proponemos una serie de tips o consejos que debes tener en cuenta antes y durante la preparación del biberón.

• Si empleas agua destilada, hiérvela antes de usar.
• Lávate bien las manos antes de dar o preparar el biberón.
• Enfría la leche metiéndola directamente en el frigorífico.
• Esteriliza todas las piezas que emplees.
• Sigue al pie de la letra las instrucciones que te proponen las marcas.
• No emplear agua con niveles rebajados de minerales. Éstas suelen tener mucho sodio para un bebé.
• Tampoco emplees agua mineral.
• Da la leche nada más calentar.
• La leche sobrante deberás tirarla y no volver a emplearla.

Cómo NO debes de dar el biberón

• No debes dar el biberón si tu bebé se encuentra totalmente tumbado. En esta posición le resultará difícil de tragar y digerir.
• Tampoco conviene dejar al bebé apoyado con un cojín, puesto que podría atragantarse o tragar aire.
• No debes cambiar la fórmula de la leche sin consultarlo previamente con un médico especialista.
• No obligues a tu pequeño a que acabe de beber toda la leche, el sabe cuando ha bebido lo suficiente.

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