El final de las vacaciones no tiene por qué suponer un regreso inmediato al estrés y las prisas del día a día. De hecho, uno de los mejores momentos para cuidar la salud emocional y reforzar los vínculos familiares es justo antes de volver a la rutina. ¿Cómo? Apostando por unos días en la montaña, rodeados de naturaleza, descanso y actividades al aire libre.

Tanto si se viene de unas vacaciones de playa como si se ha pasado el verano en la ciudad, una escapada familiar a entornos montañosos como el Pirineo aragonés o la Sierra de la Demanda es una excelente forma de desconectar y prepararse mentalmente para el inicio del curso escolar o la vuelta al trabajo.

 

Beneficios para la salud de estar en la montaña

Diversos estudios han demostrado que pasar tiempo en altitudes moderadas mejora la oxigenación celular, reduce el estrés y favorece el descanso profundo. El silencio natural, la baja contaminación y el contacto con paisajes verdes tienen un impacto directo sobre el sistema nervioso, ayudando a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.

Además, la montaña es el lugar ideal para fomentar la actividad física sin que suponga un esfuerzo excesivo. Caminar por senderos, recoger setas, montar en bicicleta o simplemente jugar en el campo permite a niños y adultos moverse, liberar tensiones y activar la circulación de forma natural.

 

Jaca: naturaleza, historia y descanso

Uno de los destinos más recomendables para disfrutar en familia antes de retomar las obligaciones es Jaca. Esta localidad del Pirineo oscense combina un entorno natural privilegiado con una rica oferta cultural y gastronómica.

Alojarse en alguno de los hoteles en Jaca permite disfrutar de una estancia cómoda, con todas las facilidades para familias, y con acceso a rutas de senderismo, visitas a monumentos como la Ciudadela, o escapadas a parajes cercanos como el Valle de Hecho o el Parque Natural de los Valles Occidentales.

Para quienes buscan más tranquilidad o precios más competitivos, existen hoteles cerca de Jaca que ofrecen el equilibrio perfecto entre cercanía a los principales puntos de interés y entornos rurales más sosegados, ideales para reconectar con la naturaleza sin aglomeraciones.

 

Ezcaray: un remanso de paz en La Rioja

Otra excelente opción es planificar unos días en un alojamiento en Ezcaray, un destino muy valorado por quienes buscan salud y descanso en plena Sierra de la Demanda. Este encantador pueblo riojano, rodeado de bosques y montañas, ofrece planes tranquilos, gastronomía de calidad y la posibilidad de desconectar completamente del entorno urbano.

Los alojamientos en esta zona suelen estar adaptados para familias, y la mayoría cuentan con jardines, zonas verdes o acceso a senderos donde pasear con los más pequeños. También es una buena oportunidad para introducir a los niños en valores como el respeto por el medio ambiente, el ritmo pausado y la convivencia rural.

 

Prepararse emocionalmente para la vuelta

Incluir este tipo de escapadas antes de la vuelta al cole o al trabajo no solo aporta beneficios físicos, sino también emocionales. Compartir momentos de calidad en familia, lejos de las pantallas y los compromisos del día a día, refuerza los lazos afectivos y ayuda a crear recuerdos positivos que acompañarán durante los meses más intensos del año.

Además, este tipo de planes permiten establecer una transición suave entre el descanso de las vacaciones y el ritmo más estructurado del otoño, lo que puede disminuir el llamado “síndrome postvacacional” en niños y adultos.

 

Una inversión en salud para toda la familia

Dedicar unos días a respirar aire puro, caminar por la montaña, compartir comidas en familia y dormir sin prisas es, en realidad, una inversión en salud integral. Lugares como Jaca o Ezcaray son destinos accesibles, bien equipados y llenos de posibilidades para vivir una última escapada familiar con sentido.

Antes de que la rutina lo ocupe todo, vale la pena detenerse, mirar el paisaje y reconectar. La montaña nos espera con los brazos abiertos.