Las hemorroides son un problema de salud bastante común: se estima que, pasados los cincuenta años, una de cada dos personas tarde o temprano tendrá que lidiar con este trastorno.
A pesar de su amplia difusión, es curioso observar cómo, desde un punto de vista comunicativo, la «cuestión de las hemorroides» esconde numerosas luces y sombras: es verdad que en Internet es muy fácil acceder a una gran cantidad de información, como puede verse en las páginas web y los foros especializados en salud, pero cuando es necesario solicitar el asesoramiento de un médico, incluso los más «abiertos» tienden a ser reacios a hablar de ello en persona.
Es verdad que el rubor asociado al trastorno de las hemorroides puede ser un factor determinante, pero no hay que esconderse detrás de esta vergüenza, ya que algunos problemas no pueden ser resueltos por el propio paciente, sino que, por el contrario, requieren los conocimientos y las habilidades de un médico. Éste es el caso, por ejemplo, de las hemorroides prolapsadas, cuya ubicación natural se ve comprometida por las profundas alteraciones morfológicas de la mucosa.
Hablar con confianza con el médico o, mejor aún, con un especialista en proctología, significa no sólo contar con un diagnóstico preciso y definitivo, sino que también permite abrir la puerta a los tratamientos contra las hemorroides más modernos disponibles en la actualidad. Tratamientos que, como el método mínimamente invasivo THD Doppler, están a la vanguardia de la cirugía proctológica y que en los últimos años están contando con un éxito cada vez mayor.
El sangrado, el dolor, pero también la inflamación y los prolapsos: el método THD Doppler se propone resolver todos estos problemas, ya que que no interviene en los síntomas, sino que va mucho más allá y actúa sobre las causas exactas. Y así, de acuerdo con el principio básico del método, en primer lugar, se desarterializan las hemorroides, aprovechando la precisión del doppler, con el objetivo de detener el flujo sanguíneo responsable de la inflamación; el siguiente paso es la la ligadura de los tejidos prolapsados a su posición anatómica original, para recuperar totalmente la situación de normalidad.
La intervención por lo general no dura más de 30-40 minutos y a menudo se realiza con anestesia local. El breve periodo de recuperación y la larga duración de los beneficios para el paciente, convierten el método THD Doppler en un recurso de gran importancia para aquellos pacientes que desean deshacerse de las hemorroides de forma permanente.