La Chía es una planta que crece en el gran continente Americano, especialmente en México. Esta planta fue descubierta en el año 3500 A.C.
En la antigüedad, las semillas de esta planta eran parte de la alimentación que se les daba a los guerreros, debido a que se trata de un alimento con multitud de nutrientes que ayudan a favorecer la salud de nuestro organismo. La Chía es una planta rica en fibra, antioxidantes, proteínas y ácidos grasos omega 3.
¿Para qué sirve la chía?
Como bien hemos dicho antes, la chía tiene un alto porcentaje de fibra, tanto soluble como insoluble. Estas fibras hacen de esta planta una herramienta perfecta para reducir el colesterol, los triglicéridos y la glucosa. Además, las semillas de la chía tienen propiedades quema grasas que reducen la absorción de algunas sustancias que pueden llegar a ser nocivas para el organismo.
Por otro lado, las semillas de la chía contienen ácidos omega3 y omega6. El contenido de las grasas insaturadas es muy importante, ya que no solo protege el sistema cardiovascular, sino que también ayuda a la proporción de los dos tipos de grasas (saturadas e insaturadas), manteniéndose de forma equitativa en nuestro cuerpo. El control de dichas grasas favorece la eliminación de gran parte del colesterol malo y los triglicéridos.
Además de las propiedades nombradas, la chía contiene unos altos valores de hierro que conviene tener muy en cuenta. Este mineral ayudará al cuerpo a tratar enfermedades como la anemia, aunque es importante que su consumo venga ligado de alimentos que contienen vitamina C, de manera que se aumente su absorción.
Por estas y otras muchas razones, si dispones de semillas de chía puedes introducirlas en tu dieta diaria, obteniendo los maravillosos beneficios que esta planta puede aportarnos.
¿Cómo pueden consumirse las semillas?
Para consumir las semillas de chía podemos espolvorearlas sobre el alimento que deseemos consumir, ya sea un yogurt o una ensalada. Es importante espolvorearlas bien, de manera que toda la fibra que lleva en su interior se esparza y ayude con ello, a una fácil digestión.
Preparación
Colocando las semillas en el interior de un mortero, las machacaremos hasta que estén molidas, pero sin que se lleguen a quedar como la harina. Después, toda la sustancia molida será añadida al agua y lo dejaremos reposar durante una hora aproximadamente.
Muy buena información empezare a tomarla. Gracias